Durante la semana hacemos siempre algún «trabajito» en la cocina. A los chicos les fascina cocinar, pesar, echar ingredientes, mezclar, amasar etc.
Preparamos un cake, pye o una galletas ricas. Ya en un post anterior Haciendo Galletas comenté la importancia de aprender a cocinar más allá del beneficio que trae saber cocinar per se. Hay mucho más aprendizaje dentro de la cocina del que imaginamos. Aprendizaje para la vida además; es saber hacer varias cosas a la vez, manejar tiempos, tareas, aprender limpieza y orden. Aprendes a trabajar en equipo y a manejarte dentro de él con sus cosas buenas y malas. Auto control, paciencia,equivocarte en momentos críticos y salvar la situación y así muchas cosas más.
Así, nosotros nos metemos en la cocina a aprender y a hacer las cosas bien y a veces no tanto. No me importa si mis hijos hacen las galletas de 10 cm de alto o les sale toda una masa y va a sí al horno. Si les digo, si les enseño y corrijo un poquito y la verdad es que lo hacen muy bien para ser tan niños. Domenico es un perfeccionista maniático igual que yo (jejeje) y las galletas o las bases de masa de los pies le salen casi perfectos (en serio) y Massimo es también medio maniático y quiere hacerlo todo él sólo y que le salga bien.
Es por eso que animo a los papás y mamás o a los profesores a hacer más trabajos de este tipo. La cocina enseña,ayuda a la motricidad fina, es formativa, une, te enseña a ser generoso, a pensar en otros. Además los chicos siempre van a disfrutar hacer cosas en la cocina. No importa que todo quede hecho un desastre; después podemos limpiar (y eso también tiene que aprender a hacer ellos)
Acá les dejo unas fotos de nuestras incursiones culinarias