Pintemos Mandalas

Hace un tiempo mi mamá me regaló un libro de mandalas para colorear. Hace ya 3 años. Aún no lo termino ya que cada mandala es un mundo y además no siempre lo pinto; tengo temporadas o días que sí y otros que no.

Pues hace unos días estuve coloreando una página por la tarde y mis hijos quisieron ayudarme, entonces lo terminamos juntos y Domenico me pidió un libro de mandalas para él.Como en ese momento no tenía le di un cuaderno en blanco y comenzó a dibujar sus propios mandalas.

Ya les había dado en algunas oportunidades unas hojas impresas por mí de mandalas de animales pero esta vez quería un libro para él solo, así que fuimos a la tienda a buscar uno y como había varios tipos le dimos a escoger. Regresó feliz con su libro y me pidió que pintemos juntos cada unos con su libro y que además lo ayude  a pintar el suyo. Por la noche lo puso al lado de su cama en donde guarda sus cosas importantes. Parece que pintar mandalas durante varios días lo puso místico porque una mañana se despertó y me dijo que quería hacer yoga; así saqué unas hojas que tengo de Morning Yoga y de ABC of Yoga for Kids. La verdad que más allá de lo gracioso que resultó esta asociación de mi hijo, es que pintar mandalas los relaja un montón, cada uno interpreta la mandala como le parece porque el dibujo se puede leer de diversos modos (uno ve una mariposa, otro un niño etc), los llena  de paciencia porque pintar una de ellas es un trabajito y piensan en cómo hacerlo, qué colores usar, combinarlos etc.

Es una actividad que ya practicamos regularmente en la casa, nos encanta, nos relaja y nos llena de energía.